Si ignoras esto tu golf nunca despegará el swing diseñado para tu cuerpo es la clave

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¿Te has preguntado por qué algunos swings de golf parecen tan fluidos y naturales, mientras el tuyo se siente forzado? La verdad es que muchos golfistas caen en la trampa de intentar copiar un estilo que simplemente no se ajusta a su propia fisionomía.

Personalmente, he visto cómo la frustración da paso a la euforia cuando un alumno descubre que su cuerpo es su mejor aliado, no un obstáculo. No se trata de ser un profesional, sino de entender cómo tu complexión única puede ayudarte a golpear la bola con más potencia y precisión.

Olvídate de los moldes preestablecidos; el secreto está en desbloquear tu potencial. Vamos a descubrirlo con exactitud.

Desbloqueando tu Potencial Único: Más Allá del Swing de Libro

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He pasado años en el campo de golf, no solo golpeando bolas sino observando a cientos de golfistas luchar con su swing. Y una cosa he aprendido: no existe un swing universalmente “perfecto”.

Lo que sí existe es tu swing perfecto, el que nace de las peculiaridades de tu propio cuerpo. Recuerdo a un alumno, Javier, que durante meses intentó imitar el movimiento de un profesional atlético y espigado, a pesar de que él era más bien robusto y con una flexibilidad limitada.

La frustración era palpable. Cuando finalmente le convencí de que dejara de lado esa imagen y se enfocara en cómo *su* cuerpo se movía naturalmente, ¡el cambio fue asombroso!

Pasamos de la desesperación a la alegría pura con cada golpe bien conectado. No se trata de cambiar quién eres, sino de entender cómo tu fisionomía te da ventajas únicas.

Es como si cada uno de nosotros tuviera un mapa genético para el swing, y nuestra tarea es descifrarlo. No busques la copia; busca tu original. Esto es algo que los grandes profesionales entienden a un nivel visceral; no todos se ven igual, no todos giran igual, pero todos optimizan lo que tienen.

Descubriendo tu Biomecánica Personal en el Campo

Cada cuerpo es una obra de arte biomecánica distinta. Las diferencias en la longitud de tus brazos, la flexibilidad de tu columna vertebral, la potencia de tus piernas e incluso la movilidad de tus tobillos, todo influye.

Personalmente, he visto a golfistas con torsos muy potentes pero poca flexibilidad en las caderas que intentaban un giro completo, terminando con dolor de espalda.

En contraste, otros, increíblemente flexibles, no generaban suficiente potencia por falta de estabilización. La clave es identificar tus fortalezas naturales y construir tu swing alrededor de ellas, mitigando al mismo tiempo tus limitaciones.

Esto no es solo teoría; es algo que veo a diario en mis clases. Es una cuestión de eficiencia, no de estética. No hay que forzar al cuerpo a hacer algo para lo que no está diseñado, porque el golf se disfruta cuando no hay dolor y la bola sale recta.

Rompiendo el Molde del “Swing Perfecto”

¿Cuántas veces hemos escuchado que hay una única forma correcta de hacer el swing? Es un mito que perpetúa la frustración. La verdad es que los mejores golfistas del mundo tienen swings que, aunque comparten principios básicos, son increíblemente diversos en su ejecución.

Desde el swing más clásico y contenido hasta el más moderno y explosivo, lo que los une es la eficiencia y la repetición consistente. Mi primer instructor, un hombre sabio con décadas de experiencia, siempre decía: “El swing perfecto es el que funciona para ti, no el que ves en la televisión”.

Y tenía toda la razón. No es un concurso de belleza, es un juego de resultados. Enfócate en la trayectoria de la bola, no en cómo te ves en cámara lenta.

El Golfista Alto y Delgado: Flexibilidad y Alcance

Si eres una persona alta y con una complexión delgada, es muy probable que tu mayor ventaja sea el arco de swing amplio y una flexibilidad natural envidiable.

Sin embargo, también he observado que a menudo, estos golfistas luchan con la estabilidad y la sincronización. Recuerdo el caso de una alumna de unos 1.85m, Laura, que al principio generaba una gran velocidad de palo pero con mucha inconsistencia.

Su principal problema era que, al intentar un arco de swing demasiado grande y con mucho ‘lift’ en el backswing, perdía la base de soporte y la cara del palo no volvía cuadrada al impacto.

Lo que hicimos fue centrarnos en un giro más controlado y en la activación de sus músculos centrales para mantener la estabilidad, permitiéndole maximizar ese arco sin desequilibrarse.

Es como bailar: necesitas equilibrio para moverte con fluidez. Cuando logras esa combinación, la bola vuela. Es una sensación de poder y elegancia al mismo tiempo.

Aprovechando la Longitud de Brazos para un Arco Amplio

Tu estatura y la longitud de tus brazos te otorgan una ventaja innata: un arco de swing potencialmente enorme. Esto se traduce directamente en velocidad del palo y, por ende, en distancia.

Pero el truco está en cómo utilizas ese arco. Muchos golfistas altos tienden a levantar los brazos demasiado en el backswing, lo que llamamos “swing vertical”, y esto a menudo lleva a golpes inestables o a perder el plano.

Mi recomendación, basada en innumerables lecciones, es que te concentres en girar el torso alrededor de una columna vertebral estable, permitiendo que tus brazos se extiendan naturalmente *a lo ancho* en lugar de hacia arriba.

Imagina que estás creando un círculo grande y plano, no un semicírculo.

Estabilidad: El Talón de Aquiles de la Complexión Larga

Si bien la flexibilidad es un don, puede ser un arma de doble filo si no se combina con estabilidad. He visto a muchos jugadores altos “bailar” durante su swing, perdiendo el equilibrio al impactar o incluso antes.

El problema no es la flexibilidad en sí, sino la falta de una base sólida. Es fundamental trabajar en la fuerza de tu core (abdominales y espalda baja) y en la estabilidad de tus piernas.

Un ejercicio que siempre recomiendo es el “puente” y las sentadillas con poco peso, prestando atención a mantener la postura. Esto te permitirá generar esa enorme velocidad de palo sin sacrificar la precisión, manteniendo tu centro de gravedad en su sitio.

Es como construir un rascacielos: la base es lo más importante.

El Golfista Robusto y Fuerte: Potencia y Estabilidad Natural

Si tu complexión es más robusta y tienes una gran fortaleza física, estás sentado sobre un tesoro de potencia pura. Tu principal activo es la capacidad de generar una fuerza explosiva desde el suelo y a través de un giro de torso potente.

Sin embargo, a veces, la menor flexibilidad natural puede llevar a swings más “recortados” o a compensaciones que generan golpes erráticos. He tenido varios alumnos con esta complexión, y su principal batalla suele ser contra la creencia de que necesitan un backswing enorme para generar distancia.

Lo que he descubierto es que su verdadera ventaja no reside en la longitud del backswing, sino en la *velocidad* y *eficiencia* de su giro a través del impacto, utilizando la fuerza de sus piernas y caderas.

Es como un boxeador; no necesita un gran movimiento de brazo para generar un puñetazo devastador, sino la rotación rápida y potente del cuerpo. Cuando entienden esto, la bola sale disparada.

Generando Potencia desde el Suelo: El Secreto de tu Fuerza

Tu cuerpo es una máquina de transferencia de energía. La potencia en el golf no viene solo de los brazos o el torso; se inicia en el suelo, sube por tus piernas y caderas, y se transmite a través del torso al palo.

Para los golfistas de complexión robusta, esta secuencia es especialmente crucial. Concentra tu energía en un movimiento de piernas vigoroso y una rotación de cadera rápida en el downswing.

Imagina que estás aplastando una lata debajo de tu pie izquierdo al iniciar la bajada. Esta acción te permitirá liberar una fuerza tremenda que se propaga por todo tu cuerpo, impulsando el palo con una velocidad y un control que muchos otros envidiarían.

No es necesario levantar los talones del suelo de forma exagerada, sino sentir cómo la energía se impulsa desde las plantas de los pies.

Adaptando el Backswing a tu Flexibilidad Limitada

Una de las mayores trampas para los golfistas más robustos es intentar un backswing que excede su rango de movimiento natural, especialmente en la flexibilidad del hombro y la columna.

Esto a menudo lleva a levantar los brazos o a compensar con una “desviación” lateral del cuerpo, perdiendo el centro y la consistencia. Mi consejo es: acepta tu rango de movimiento.

No necesitas un backswing que te lleve el palo paralelo al suelo si eso te fuerza y te desequilibra. Un backswing más corto y compacto, pero con una buena carga de torsión entre la parte superior e inferior del cuerpo, será infinitamente más efectivo.

Piensa en un “giro potente” más que en un “giro largo”. La eficiencia siempre supera la mera amplitud. La calidad antes que la cantidad.

El Golfista de Complexión Media: Equilibrio y Armonía

Si te encuentras en el punto medio en cuanto a estatura y complexión, ¡enhorabuena! Tienes la oportunidad de construir un swing extremadamente equilibrado y eficiente.

Tu reto principal no es compensar una debilidad física, sino encontrar la armonía perfecta entre la flexibilidad y la potencia. He visto a muchos jugadores de complexión media con swings tan fluidos que parecen danzar.

La clave para ellos reside en la coordinación y en asegurarse de que todas las partes de su cuerpo trabajen en perfecta sincronía. No hay una única característica sobresaliente que deban explotar, sino un delicado balance.

Es como un chef que combina ingredientes en las proporciones exactas para crear una obra maestra culinaria. La consistencia es su mayor premio.

Sincronización: La Melodía de un Swing Armonioso

Para el golfista de complexión media, la sincronización es el alma del swing. La forma en que tus brazos, torso y piernas se mueven juntos, en el momento preciso, es lo que marcará la diferencia entre un golpe mediocre y uno magistral.

Recuerdo a un alumno, Carlos, que inicialmente tenía un swing con mucho “brazo”, perdiendo la conexión con el cuerpo. Trabajamos incansablemente en sentir que sus brazos eran una extensión de su torso, y que el giro de su cuerpo era el motor principal.

Un drill simple pero efectivo que usábamos era golpear bolas manteniendo una toalla debajo de las axilas para asegurar que los brazos se mantuvieran conectados al cuerpo.

El resultado fue una mejora dramática en la solidez del impacto y la dirección.

Maximizando la Eficiencia para un Rendimiento Consistente

Tu complexión te permite una gran versatilidad. Puedes adaptar elementos de swings más potentes o más flexibles sin que ninguno te resulte excesivamente incómodo.

El objetivo es encontrar la combinación más eficiente para ti, aquella que te permita repetir el swing una y otra vez con el mínimo esfuerzo y el máximo resultado.

Enfócate en un movimiento fluido que no te deje sin aliento y que te permita jugar dieciocho hoyos con la misma energía. La eficiencia es el camino hacia la consistencia, y la consistencia es el camino hacia los buenos resultados en el golf.

A veces, menos es más, y esto aplica perfectamente a la energía que inviertes en tu swing.

Claves Universales para un Swing Adaptado a tu Fisionomía

Más allá de las particularidades de cada complexión, hay verdades universales que he comprobado una y mil veces en el campo. Estas no son meras teorías; son los pilares sobre los que se construye cualquier swing exitoso, sin importar si eres alto o bajo, delgado o fuerte.

La conexión mente-cuerpo, la importancia de una buena base y la paciencia son factores que influyen mucho más de lo que imaginamos. A menudo, la gente se obsesiona con la posición del palo en la cima del backswing, cuando lo que realmente importa es cómo se siente el cuerpo y cómo se transfiere la energía.

Es como construir una casa: si los cimientos no son sólidos, no importa cuán bonita sea la fachada, se caerá.

La Importancia de un Buen Calentamiento Específico

Antes de salir al campo, o incluso antes de cada sesión de práctica, un calentamiento adecuado es más que una recomendación; es una necesidad absoluta, especialmente cuando buscas optimizar tu swing para tu tipo de cuerpo.

Personalmente, he notado una diferencia abismal en la fluidez y el rango de movimiento de mis alumnos que se toman el tiempo para calentar versus aquellos que no lo hacen.

Para un golfista flexible, el calentamiento puede enfocarse en activar los músculos estabilizadores. Para uno más robusto, en aumentar gradualmente el rango de torsión.

Esto no solo previene lesiones, sino que prepara tus músculos y articulaciones para el movimiento específico del golf, permitiéndote ejecutar tu swing personalizado con mayor soltura desde el primer golpe.

Nunca subestimes el poder de unos minutos de estiramientos dinámicos.

Cómo la Mentalidad Influye en tu Swing Corporal

El golf es un 90% mental, y esto se aplica directamente a cómo percibes y ejecutas tu swing en relación con tu cuerpo. He visto a golfistas con todas las ventajas físicas arruinar sus golpes por la frustración de no parecerse a su ídolo.

La aceptación de tu propio cuerpo y sus capacidades es liberadora. Enfócate en lo que puedes hacer, no en lo que “deberías” poder hacer. Un pensamiento positivo y una confianza en tu swing natural son tan importantes como la técnica en sí.

Cuando confías en tu cuerpo, éste responde mejor. Es un círculo virtuoso: crees en tu swing, lo ejecutas mejor, y esa mejora refuerza tu confianza.

Errores Comunes al Ignorar tu Tipo de Cuerpo

A lo largo de mi carrera como instructor, he identificado patrones de errores que se repiten una y otra vez cuando los golfistas ignoran su fisionomía.

Estos errores no solo son ineficientes, sino que a menudo conducen a lesiones y, lo que es peor, a la completa pérdida de disfrute del juego. Es muy común ver a personas intentar moldearse a un ideal que simplemente no es el suyo, y las consecuencias son previsibles: frustración, golpes inconsistentes y, en muchos casos, abandono del deporte.

Si yo mismo hubiera intentado hace años copiar el swing de un golfista de 2 metros con brazos larguísimos, mi espalda me habría pasado factura. Lo importante es ser honesto con uno mismo sobre las propias capacidades físicas.

Tipo de Complexión Ventajas Clave Errores Comunes (a evitar) Foco del Swing Personalizado
Alto y Delgado Arco de swing amplio, flexibilidad Pérdida de estabilidad, swing demasiado vertical Estabilidad del core, rotación horizontal
Robusto y Fuerte Potencia natural, base sólida Forzar backswing largo, compensaciones excesivas Rotación potente desde el suelo, backswing compacto
Complexión Media Equilibrio natural, versatilidad Falta de sincronización, desconexión cuerpo-brazos Coordinación total, eficiencia del movimiento

La Trampa de Imitar Ciegamente a los Profesionales

Una de las mayores trampas en el golf es la de intentar replicar un swing de un profesional sin tener en cuenta las enormes diferencias físicas. Admiro a los profesionales, por supuesto, pero ellos han pasado miles de horas perfeccionando un movimiento que se adapta *a ellos*.

El golfista promedio, que quizás tiene 40 años, ha perdido algo de flexibilidad y tiene una complexión diferente a la de un atleta de élite de 20 años, simplemente no puede esperar el mismo resultado al intentar copiarlo al pie de la letra.

He visto a alumnos frustrarse hasta el punto de querer abandonar el golf porque no lograban ese “look” perfecto en el espejo. La verdadera maestría reside en adaptar los principios fundamentales a tu propia fisiología.

Riesgos de Lesiones por un Swing Inadecuado

Ignorar las limitaciones de tu cuerpo no solo impacta en la consistencia de tus golpes, sino que es una receta segura para las lesiones. Dolor de espalda baja, problemas de hombro, muñecas y codos son comunes cuando el cuerpo es forzado a posiciones y movimientos para los que no está diseñado.

He tenido alumnos que llegaron a mí después de años de jugar con dolor, y en casi todos los casos, el problema radicaba en un swing que no respetaba su biomecánica.

Mi objetivo principal como instructor es que mis alumnos disfruten del golf sin dolor. Un swing personalizado es un swing saludable, y un swing saludable es un swing que podrás disfrutar por muchos años.

No vale la pena sacrificarse por una estética que no te da resultados.

Entrenamientos Específicos para Cada Perfil Físico

Una vez que entiendes tu tipo de cuerpo y cómo interactúa con el swing de golf, el siguiente paso lógico es adaptar tu entrenamiento. No todos necesitamos los mismos ejercicios, ni la misma intensidad, para mejorar.

Personalmente, he diseñado rutinas personalizadas para mis alumnos, y los resultados han sido espectaculares. Un golfista flexible podría enfocarse en ejercicios de fuerza para la estabilidad, mientras que uno más robusto podría priorizar estiramientos dinámicos para mejorar su rango de movimiento.

No se trata de machacarse en el gimnasio sin rumbo; se trata de ser inteligente y eficiente con tu tiempo y esfuerzo.

Ejercicios de Fortalecimiento y Flexibilidad para el Golf

No hay una tabla de ejercicios única para todos. Para el golfista alto y delgado, recomiendo ejercicios que fortalezcan el core y los músculos estabilizadores de la cadera y los hombros, como planchas y rotaciones controladas con bandas elásticas.

Para el golfista robusto, ejercicios que mejoren la movilidad de la columna torácica y las caderas son esenciales, como rotaciones de torso sentado o estiramientos de isquiotibiales.

Y para el de complexión media, una combinación equilibrada de ambos, buscando la armonía muscular. El objetivo es que tu cuerpo se convierta en una máquina de golf más eficiente, capaz de ejecutar el swing que le pides sin limitaciones.

Drills en el Campo: Adaptando la Práctica a tu Swing

La práctica en el campo también debe ser personalizada. Si eres alto y buscas estabilidad, enfócate en drills que te ayuden a mantener el equilibrio, como golpear bolas con los pies juntos o con un pie levantado.

Si eres robusto y quieres mejorar la rotación, practica el “Pump Drill” (pausando el downswing a medio camino) para sentir la secuencia de piernas-caderas-torso.

Para el golfista medio, los drills de sincronización, como el “L Drill” (donde te enfocas en la posición de la muñeca en L en el backswing y en el follow-through), pueden ser muy beneficiosos.

Cada sesión de práctica es una oportunidad para reforzar los movimientos que benefician a *tu* swing.

La Evolución Constante de tu Swing Personal

El golf no es un deporte estático, y tu swing tampoco debería serlo. A medida que tu cuerpo cambia con la edad, o a medida que ganas o pierdes fuerza y flexibilidad, tu swing debe adaptarse.

Esta es una verdad que he vivido en carne propia y que veo constantemente en mis alumnos. Lo que funcionaba para ti hace cinco años podría no ser lo más eficiente hoy.

La clave es la auto-observación y la disposición a hacer ajustes sutiles pero significativos. Es como una buena relación: requiere atención y adaptación constante para seguir funcionando.

Escuchando a tu Cuerpo: Señales de Ajuste Necesarias

Tu cuerpo es tu mejor maestro. Presta atención a las señales: ¿sientes dolor en algún lugar que antes no sentías? ¿Tu distancia ha disminuido sin razón aparente?

¿Has perdido flexibilidad en ciertas áreas? Estas son indicaciones claras de que tu swing podría necesitar un ajuste. No ignores estas señales; son la forma en que tu cuerpo te dice que algo no está funcionando.

Una sesión con un profesional que entienda de biomecánica de golf puede ser invaluable para diagnosticar y corregir estos problemas antes de que se conviertan en algo mayor.

No esperes a que el problema sea crónico para buscar ayuda.

La Mentoría Profesional: Tu Mejor Inversión

Aunque he compartido muchas ideas y consejos, la realidad es que nada sustituye el ojo de un instructor de golf experimentado que pueda verte en persona.

Un buen profesional no solo te ayudará a identificar tu tipo de cuerpo y cómo optimizar tu swing, sino que también te guiará a través de los ajustes necesarios con drills específicos y feedback instantáneo.

Piensa en ello como una inversión en tu disfrute del juego y en la longevidad de tu carrera golfística. Es el camino más rápido y eficiente para desbloquear tu verdadero potencial en el campo y disfrutar del golf como nunca antes.

Personalmente, siento una inmensa satisfacción cuando veo a un alumno pasar de la frustración a la maestría gracias a un swing que realmente le pertenece.

Para Concluir

Después de pasar incontables horas en el campo, viendo a golfistas de todas las formas y tamaños, mi mayor convicción es esta: tu swing de golf debe ser tan único como tu huella dactilar.

No se trata de imitar, sino de descubrir y optimizar lo que tu cuerpo puede hacer de forma natural y sin dolor. Cuando te conectas con tu propia fisionomía, el golf deja de ser una batalla frustrante para convertirse en una danza fluida y poderosa.

Es una sensación liberadora, una que te permite disfrutar cada golpe y cada hoyo con una alegría renovada. Abraza tu singularidad, porque ahí reside tu verdadero potencial.

Información Útil a Saber

1. Considera un fitting profesional de palos: Tus palos son una extensión de tu cuerpo. Un fitting adecuado, basado en tu estatura, longitud de brazos y velocidad de swing, puede marcar una diferencia abismal en cómo te sientes al golpear y en la consistencia de tus resultados.

2. Realiza una evaluación física específica para golf: Un profesional de la preparación física de golf (como un especialista de TPI) puede identificar tus limitaciones de movilidad o fuerza y recomendarte ejercicios específicos para tu cuerpo, desbloqueando tu potencial.

3. Evita la comparación constante: Es fácil caer en la trampa de mirar a otros golfistas o a los profesionales y sentir que tu swing “no es lo suficientemente bueno”. Recuerda que el objetivo es tu mejora personal y el disfrute del juego, no una competición de estética del swing.

4. Practica con un propósito: Cada sesión en el campo de práctica debería tener un objetivo claro basado en las necesidades de tu cuerpo. Si eres flexible, céntrate en la estabilidad. Si eres fuerte, busca la fluidez en el giro. No golpees bolas sin un plan.

5. El golf es un viaje, no un destino: Tu swing evolucionará contigo. Sé paciente, sé observador de las señales de tu cuerpo y celebra cada pequeña mejora. La satisfacción de dominar *tu* swing es inmensa y duradera.

Puntos Clave a Recordar

La clave para un golf exitoso y disfrutable reside en comprender y respetar la biomecánica única de tu propio cuerpo. No hay un “swing perfecto” universal; solo hay *tu* swing perfecto.

Al adaptar tu técnica, entrenamiento y mentalidad a tu fisionomía, maximizarás la potencia, la consistencia y, lo más importante, el disfrute del juego, minimizando el riesgo de lesiones.

La personalización es el camino hacia la maestría en el golf.

Preguntas Frecuentes (FAQ) 📖

P: ersonalmente, he tenido alumnos que llegan con dolores de espalda o codos, o simplemente con esa cara de “no entiendo qué hago mal”. Y es que lo que funciona para un Jon

R: ahm o un Sergio García, con su fisionomía particular y años de acondicionamiento, no tiene por qué funcionar para ti. Tu cuerpo tiene sus propias palancas, su propia flexibilidad, su propio centro de gravedad.
Si intentas meter un triángulo en un agujero redondo, nunca encajará bien. La clave está en la consistencia; si tu juego es una montaña rusa de buenos y malos golpes sin un patrón claro, y sientes tensión en cada swing, es hora de parar y escucharte.
Q2: Entiendo que cada cuerpo es un mundo, pero si tengo que olvidarme de los moldes, ¿cómo empiezo a “desbloquear mi potencial” si no sé ni por dónde empezar a buscar mi propio swing?
A2: ¡Esa es la pregunta del millón y me encanta que la hagas! Lo primero que les digo a mis alumnos es: siente tu cuerpo, no solo lo pienses. En lugar de preocuparte por la posición perfecta del palo o la muñeca, céntrate en cómo te sientes cuando te mueves.
¿Dónde sientes la tensión? ¿Dónde te sientes más potente? Una de las herramientas más útiles es, curiosamente, la más simple: grábate en vídeo.
Ver tu propio swing desde fuera te da una perspectiva brutal. Luego, te diría que experimentes en el campo de prácticas. Prueba diferentes anchos de stance, diferentes giros de cadera o de hombros, hasta que encuentres ese “clic” donde sientes que la energía fluye sin esfuerzo.
No tengas miedo de probar cosas locas, a veces los mayores avances vienen de salirse de lo establecido. Y si puedes, busca un profesional que entienda de biomecánica, no solo de métodos tradicionales.
Alguien que te ayude a descubrir tu swing, no a imponerte uno. Es un viaje de autodescubrimiento, y créeme, cuando encuentras tu propio ritmo, el alivio y la mejora son inmensos.
Q3: Siempre me han dicho que para ser bueno hay que seguir una técnica “perfecta” y universal. ¿De verdad mi fisionomía es tan importante como para renunciar a los métodos más tradicionales y buscar algo tan personal?
A3: ¡Claro que sí! Y te lo digo yo, que he pasado por esa misma mentalidad. La idea de una técnica “perfecta y universal” es uno de los mayores mitos del golf.
Si te fijas en los grandes, verás que cada uno tiene peculiaridades en su swing: la torsión de la espalda de Furyk, el ‘flip’ de las manos de Matt Kuchar, la fuerza explosiva de Jon Rahm que parece estirar su cuerpo al límite…
Todos ellos, y muchísimos otros, rompen con algún principio “tradicional” y aún así son élite. La fisionomía no solo es importante, ¡es fundamental! Tu altura, tu envergadura, tu flexibilidad, incluso la longitud de tus dedos, todo influye.
Renunciar a los métodos tradicionales no significa que vayas a reinventar la rueda por completo, sino que adaptarás esos principios básicos a lo que tu cuerpo puede hacer de forma eficiente y sin forzarse.
Lo que buscamos no es un swing bonito en la revista, sino uno efectivo, potente y sobre todo, sostenible en el tiempo para ti. Y créeme, cuando dejas de luchar contra tu cuerpo y empiezas a trabajar con él, no solo golpeas mejor la bola, sino que disfrutas muchísimo más de cada ronda y evitas lesiones innecesarias.
Es un cambio de paradigma que, te lo aseguro, vale la pena.